viernes, 28 de marzo de 2008

El sistema de partidos y el PRD


El sistema de partidos es, entre otras cosas, un reflejo de la composición social de un país. El número de partidos y las relaciones que van estableciendo éstos mediante varios factores que van desde las distancias ideológicas entre ellos hasta las posiciones que guardan de acuerdo al apoyo electoral y el número de escaños que ocupan en los órganos de representación. En este sentido, se podría diferenciar entre un sistema de partidos nacional y los diferentes sistemas locales.

Así, por ejemplo, sólo por el número de partidos se podría decir que el sistema es grande, pues son ocho partidos los que tienen registro nacional. Y por el lado ideológico se podría observar que hay tres grandes espacios donde los diferentes partidos se pueden colocar: derecha, centro e izquierda. Donde hay una peculiaridad realmente interesante es en la parte del apoyo electoral y su traducción en espacios de poder en los órganos de gobierno (particularmente en el parlamento), pues es aquí donde los ciudadanos se encargan de fortalecer, debilitar o hasta anular a las diferentes opciones partidistas. Es decir, el número de partidos podría crecer aún más de los ocho que ya existen, pero el número de partidos efectivos son menos, si se atiende a su verdadera fuerza electoral y de gobierno.

En este contexto se puede situar mejor el papel que juegan cada uno de los partidos políticos en el país. El Partido de la Revolución Democrática (PRD), es sin duda uno de los partidos más importantes del país y es el que actualmente tiene un proceso coyuntural que lo hace ideal para entender el desarrollo de nuestro sistema de partidos.

En este sentido, atendiendo a las características teóricas antes descritas, el PRD se encuentra posicionado ideológicamente en la izquierda, tiene una fuerza electoral también importante, esto último le ha permitido integrarse en distintas esferas del gobierno en todo el territorio nacional. Es un partido con el cual millones de ciudadanos mexicanos se identifican y apoyan.

Ahora bien, se podría analizar al PRD, como a cualquier otro partido, atendiendo a cuatro factores que a juicio del especialista español Manuel Alcántara Sáez, están ligados a la gobernabilidad del propio sistema político.

La primera variable es la militancia partidista, atendiendo este factor, sería posible reconocer el núcleo social del cual el partido político se nutre y, por ende, intenta representar. Y como ya se ha mencionado el PRD está posicionado en la izquierda, y ello lo lleva a tener una relación más directa con la defensa de los grupos sociales más vulnerables y tener una posición más favorable a la rectoría del Estado en temas estratégico como es la energía, tema por cierto que lo ha vuelto especialmente protagónico en los últimos meses por la pretensión del gobierno federal de reformar leyes secundarias para dar entrada a capitales privados en la operación de Pemex.
 
La segunda variable se refiere a la naturaleza del liderazgo; aquí la disyuntiva siempre es si se tiene un liderazgo racional (delimitado por las propias estructuras partidistas), o más bien el liderazgo es del tipo carismático. El PRD tiene a lo menos dos figuras que lo han marcado hondamente: Cuauhtémoc Cárdenas, uno de los fundadores del partido y tres veces candidato a la Presidencia de la República, y que a la fecha es considerado como un líder moral; y Andrés Manuel López Obrador, quien compitió en una de las elecciones presidenciales más cuestionadas de la historia del país y que con el apoyo de sus simpatizantes es reconocido como el presidente legítimo. Estos liderazgos sin duda influyen y pueden llegar a trastocar la formalidad y estructura del partido político.

Un tercer elemento es el carácter del programa electoral, que no sería otra cosa que estudiar el grado de coherencia que existe entre la ideología diseñada y adoptada por el partido político, la formulación de plataformas electorales y su consecución como líneas de acción una vez que el partido político ha alcanzado el poder.
 
Un último elemento es el financiamiento del partido; en México el financiamiento a los partidos es esencialmente público, y por esta vía reciben todos los partidos políticos cantidades muy significativas que hacen que la lucha interna por la dirigencia sea motivada en no pocos casos por tener el control sobre los recursos del partido.

¿Hacia dónde avanza el PRD con su actual renovación de dirigencia interna? ¿Podría redefinir su posición como partido de izquierda? ¿Cuál va ser su relación con líderes carismáticos? ¿Podrá mantenerse en el 2009 como el segundo partido más votado?
 
Para concluir, deberíamos reconocer que nuestro sistema electoral y de partidos se encuentra en un contexto de desarrollo, y que aún no podemos hablar de consolidación.

Publicado en periódico Aguas (27/03/2008).

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