miércoles, 31 de diciembre de 2008

Feliz año 2009

En estos días es interesante ver como todos, me incluyo, nos esmeramos en decirle a todo al que se nos atraviesa la frase hecha y ya irreflexiva, repetitiva y hueca: feliz año. Hay gente que lo dice como si fuera el dueño del tiempo y lo regala: feliz año. Los diversos medios de comunicación se enredan en la rutina y sin más sueltan la mencionada frase. Es como si a fuerza de convocar la felicidad una y otra vez esta pudiera hacerse presente. Pero es sólo un juego. Los problemas del 2008 siguen y seguirán: el estrenar calendario en casa no exorciza los problemas. Optimista o pesimistamente, no sé si tenga mucho sentido el seguir con la métrica del tiempo. El tiempo es un invento de la sociedad que le permite tener cierto orden para clasificar a las personas, cosas, eventos. Pero nada más. Es como dijo un amigo: “ya paso el año 2000 y no he visto que lo carros vuelen”. Las mejoras no son por acumulación.

jueves, 18 de diciembre de 2008

El mejor regalo

Desde hace tiempo la época navideña ha perdido algo de sentido, su aura religiosa es lo que menos se percibe o lo que le gente menos procura. La fase de solidaridad laica también se pierde.  Y en medio de esto nunca falta el funcionario público que cierre un mensaje de fin de año diciendo que “Dios los bendiga”. Particularmente las dudas que surgen, o que yo tengo, son ¿qué sentido tiene celebrar cuando no hay verdadero motivo? ¿Cómo el sistema de mercado anula las preocupaciones sociales y las transforma en apoyo para diferentes actores políticos? ¿El “espíritu” navideño puede más que cualquier crisis? En todo caso, hay una transformación social que los sociólogos, antropólogos y demás estudiosos de lo social se abocaran para dar explicaciones.

En medio de los “festejos” de fin de año se presenta un verdadero Grinch: la crisis financiera. El fenómeno que surge de un pésimo manejo de los dineros en los Estados Unidos se está traduciendo en un crisis mundial, y para los mexicanos poco a poco, o tal vez de golpe para muchos, en una crisis real: se han quedado sin empleo y no encuentra uno, está totalmente endeudada, salario, aguinaldo y demás percepciones monetarias están pulverizada ante la inflación (la caritativa ayuda de los comerciantes: subir los precios). 

Ignoro hasta dónde esta época de compras no lo sea por culpa de la crisis. La situación amerita una verdadera actitud de cautela y moderación en los gastos. Pese a ello, aún hay quienes cuentan con suficientes tarjetas de créditos que les puede sacar del apuro de no regalar o estrenar lo que sea. 

Bajo la opinión de economistas, y demás analistas una mala época de ventas se traduce en otras cosas: una mayor desaceleración  de la economía, mayor desempleo .Suena y es paradójico, pero el sistema funciona bajo la premisa de compró y luego existo. El ahorro como forma de vida no está de moda.

Los efectos de la crisis financiera también pueden repercutir en otras esferas, como la política. Una crisis política en el sentido de que la sociedad, en su mayoría, vea poca o nula capacidad de la clase política para resolver la demanda básica de tener un empleo para llevar pan y vestido a los hogares,  y tener una mínima esperanza de prosperidad sin estar eternamente endeudado. 

En este sentido no deja de ser contrastante los resultados que dio a conocer Consulta Mitofsky, pues el estudio que evalúa al presidente asegura que Felipe Calderón no se ha visto afectado en sus porcentajes de aceptación (61.3%) ha causa de la mencionada crisis - y de las otras-. El estudio afirma que la gente no lo percibe como culpable, bien por él. Pero la pregunta obligada es ¿eso ayuda a mejorar las condiciones de vida de la gente? Claro que no. La encuesta corresponde al mes de noviembre, habrá que observar cómo se comporta la opinión de la gente en próximos meses.

La cuestión electoral también será receptora de los efectos de la crisis financiera y de seguridad, las dos muy sensibles en cuanto al bienestar social se refiere. Más allá de mencionar cifras de resultados y hacer comparaciones, el hecho es que la antes llamada oposición que criticaba acremente a los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ahora se encuentran, desde su posición como partidos en el gobierno, en circunstancias igualmente criticables. Lo interesante es que el PRI, el partido que muchos daban por muerto en el 2000, sigue vivo, y las encuestas, que sólo son eso, lo ponen como uno de los partidos con mejores perspectivas electorales para las próximas elecciones. Ante esto hay que preguntar acerca de qué ha hecho bien el PRI para recuperar la confianza perdida.

Hay que puntualizar también el hecho de que los partidos antes de oposición tengan serios problemas para resolver los problemas no exime al PRI de responsabilidades. Es un hecho que este país no lo gobierna un solo partido, en todo caso, todos son responsables. Lo que habría que recalcar es que el cambio político, social y económico no se nota mucho.

El próximo año será de retos importantes para nuestra clase política: superar la crisis económica y de seguridad (ya ni mencionar los problemas en el campo, salud, educación y otros). Estos dos temas serán los que van a marcar el debate electoral. Ojalá (y aquí entramos al terreno ético del deber ser) la clase política por fin muestre un verdadero cambio y dejen la demagogia y el cinismo como única forma de alcanzar el poder. En todo caso, este es el mejor regalo que nos pueden hacer los hombres en el poder.


Publicado en Aguas, 18 de diciembre de 2008.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Los retos en seguridad


Se tiene en la celebración de los informes de gobierno y en los años cumplidos en el poder un buen pretexto para reflexionar sobre lo que está en el fondo de los problemas. 

El gobierno de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa se ha desarrollado en escenarios siempre difíciles, y parece que los problemas no se resuelven sino que se agravan. Si bien con el paso del tiempo y con un buen manejo de los medios de comunicación masivos pudo manipular la opinión pública para acallar, sofocar o sacar de la agenda pública el tema de la legitimidad de la elección del 2006. Asimismo, el azar, o la mala fortuna, hizo que el Presidente se quedara sin uno de sus colaboradores más cercanos; la muerte de su amigo Juan Camilo Mouriño, a quien impuso en la Secretaría de Gobernación a pesar de violentar la constitución en cuanto los requisitos para ocupar ese cargo. 

Pero el tema que ha causado un verdadero dolor de cabeza al presidente es el de la seguridad. Se cumplió la meta de los cien días para dar resultados y el saldo no es nada positivo. En cien días no se resuelven este tipo de problemas. Desde la falta de sentido común para fijar el plazo de la meta las cosas andaban mal. 

La posición reflexiva del gobierno federal de que no se ha resuelto el problema y que incluso no se sabe por dónde empezar a revertirlo es paradójicamente lo único positivo. No se ha adoptado una estrategia triunfalista a partir de pocos y sonados logros. El gobierno federal se ha dado cuenta que a la opinión pública en este tema no se puede manipular, aunque los intentos están ahí con una serie de spots que anuncian los grandes golpes a secuestradores, narcotraficantes y otros grupos delictivos.

Y en ese sentido Aguascalientes se encuentra también en un contexto difícil. En este año el gobierno estatal y municipal ha sido constantemente cuestionado y se le ha exigido que se recupere la paz que antes caracterizaba a la entidad. Lo más peligroso es que la gente se está acostumbrando a escuchar noticias relacionadas con el narcotráfico sin que haya mayores exigencias a los gobernantes para que resuelvan el problema. Como siempre el gobierno saca provecho de la pasividad ciudadana.

En los tres niveles de gobierno se ha llegado al mismo diagnóstico: el crimen organizado no se ha debilitado, los cuerpos de seguridad no están capacitados para realizar sus tareas y existe una fuerte complicidad con los grupos delictivos.

Desde mi punto de vista se han dejado de lado dos elementos que darían un mejor resultado al problema de la inseguridad: el primero de ellos es la entrar con verdadera seriedad al tema del consumo de la droga, pues se habla de cifras de decomiso, de captura de narcotraficantes, de las armas y millones de dólares que se mueven en este negocio ilegal. Pero de lo que no se habla es de los consumidores, al final de cuentas quienes hacen que se compren armas, se paguen sobornos y hasta ejecuciones son obtenidos de los ciudadanos que pagan por ese producto. No he visto una sola nota que recalque que se detuvieron a un número importante de consumidores o que un porcentaje importante de adictos han dejado de consumir droga por los grandes golpes al narcotráfico. Insisto, es un problema que debe ser abordado con seriedad, si sólo se atiende al problema por el lado del proveedor de la droga pero no del consumidor es porque no quiere ver la realidad. Los ciudadanos quieren un gobierno que atienda los problemas espinosos y que asuma las consecuencias de lo que puede ser la impopularidad en ciertos grupos conservadores o contrarios a ciertas medidas. Hacer creer a la gente que con más dinero en las fuerzas públicas se soluciona el problema del consumo de droga es una irresponsabilidad.

El otro elemento que ayudaría a resolver en buena parte el problema de inseguridad en nuestro país es fortalecer la cultura de la legalidad. El gobierno inadvertidamente  quiere que la gente cumpla la ley “porque es la ley”, una cultura de legalidad a secas, irreflexiva no sirve. Esto se une con lo anterior; si vender y consumir drogas es un delito, por qué el alcohol y el cigarro que también son drogas se venden y consumen sin que se consideren un delito. Se trata de que los ciudadanos cumplan las leyes, pero que lo hagan desde una apropiación de la ley, que sientan que realmente cumplir esas reglas ayudan a vivir mejor, y no como una serie de imposiciones que no tienen sentido. 

Finalmente, debe de recalcarse que la desigualdad es un elemento que fomenta el poco respeto a las leyes. Me refiero a la desigualdad no sólo en el ámbito económico, sino también en el educativo, salud y en el resto de servicios básicos para tener una vida digna. Las consecuencias de la crisis financiera, originada en los Estados Unidos, apenas está comenzando, esperamos que el presidente Calderón y toda la clase política estén a la altura de estos retos y que aminoren el impacto para que la desigualdad social y sus consecuencias no sea mayor.


Publicado en diario Aguas, 4 de diciembre de 2008.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Presentación en público del Colegio de Estudios Sociales de Aguascalientes, AC



Buenas tardes a todos, gracias por acompañarnos este día a la presentación de este nuevo proyecto. 

Las diferentes disciplinas que conforman las ciencias sociales se abocan al estudio, entendimiento, explicación y en no pocas ocasiones intenta predecir el comportamiento del hombre. Un estudioso de los procesos sociales no ve la realidad como una serie de hechos dados, sino que intenta entender ese fenómeno de diversas perspectivas, somete a prueba varias teorías, hipótesis, reflexiona y debate con otros colegas, y después de un análisis serio propone una descripción o tal vez una explicación. Entender el funcionamiento de los individuos y las sociedades es la tarea más ardua y difícil que puede desarrollar una persona. Habrá quien diga desde otro contexto que no es así, que lo más improductivo que ha visto en su vida es a esa gente que se la pasa en las bibliotecas, archivos y oficinas leyendo sin cesar, hablando y escribiendo en sus computadoras sin producir nada. Es un problema de apreciación. El objeto de las ciencias sociales es el hombre en lo individual y en lo colectivo, lo que produce materialmente e intelectualmente. No se puede tratar semejante objeto de estudio, de trabajo, como hacen otras ciencias, como lo hacen personas con otros oficios. Efectivamente, los científicos sociales no producen sillas o casas, pero en cambio producen ideas, explicaciones con el mayor grado de objetividad posible del por qué del comportamientos de la sociedad, de sus visiones de la vida y el mundo, de sus virtudes y defectos. Todo grupo, entidad, sistema social se encuentra lleno de procesos complejos donde interactúan diferentes actores. La urdimbre de símbolos y significados culturales se encuentran presentes en el individuo y la colectividad.

El reto del investigador social es el entender una realidad compleja, siempre la intención es llegar a constituir una teoría general en el que se establezca que la sociedad funciona puede ser entendida con la exactitud con la que funciona la maquinaria de un reloj, o bien, aceptar que la realidad es tan cambiante y caprichosa como las formas de las nubes. Esta metáfora de nubes y relojes fue utilizada por Karl Popper para tratar de explicar las pretensiones y preocupaciones de los investigadores sociales.

En todo caso habría que preguntarnos por las características idóneas de un investigador social. En todo caso, como explicó Octavio Paz, el descubrimiento de la actividad que una persona quiere desarrollar es un llamado, es la vocación. El llamado del investigador social en México debe de superar no pocos obstáculos, los prejuicios ya mencionados de su utilidad social, una relativa o magra retribución económica y el poco o relativo reconocimiento de los empeños y logros. En todo caso, es estudios de las ciencias sociales no es reduce a 8 horas laborales, sino que los problemas de estudio persiguen al investigador. No es suficiente estar alejado de la biblioteca o la libreta de apuntes, la vocación, el llamado es tan fuerte, que hace tolerable y hasta placentero encontrar una explicación a un problema mientras que se camina a casa, se toma un café o se platica con los amigos. Yo veo entre mis amigos esta pasión por la investigación, a tal grado, que nos ha llevado a invertir tiempo y recursos a la conformación de esta casa que hemos llamado Colegio de Estudios Sociales de Aguascalientes. Esta casa además tiene la virtud de tener siempre las puertas abiertas para enriquecer nuestro trabajo, y es también una casa que quiere ayudar a la sociedad proponiendo soluciones, y cuando sea necesario criticar y denunciar al poder cuando este olvida sus objetivos de servicio a la sociedad. 

Immanuel Wallerstein, uno de los científicos sociales más destacados de nuestro tiempo, ha señalado la necesidad de que la actividad intelectual vaya más allá de las presiones inmediatas de la política. En esta tarea son responsables los intelectuales, pero también las burocracias intelectuales: los administradores de universidades, las asociaciones de estudiosos, las fundaciones y los organismos gubernamentales responsables de la educación y la investigación.

Las ciencias cociales, dice el mismo Wallerstein, deberían emprender un proceso de apertura muy amplio hacia la investigación y la enseñanza en busca de un universalismo pluralista, renovado, ampliado y significativo.No abundo en este tema porque de ello nos hablará nuestro invitado de honor el Dr. Lorenzo Meyer.

Don Humberto Martínez de León, el primer rector de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, había accedido con enorme amabilidad a estar con todos nosotros este día. Circunstancias difíciles no le permitieron dirigirles unas palabras, pero estamos seguros que en su mensaje habría refrendado su credo en la juventud, haciéndoles un llamado a no atender a las voces del pesimismo, fomentando que sean actores de nuestra época, subrayando que quien quiere vivir una vida digna debe vivirla para hacerla como la sueña. Su trayectoria y su ejemplo, como las de muchos otros profesores y actores clave, inspiran al Colegio de Estudios Sociales de Aguascalientes en la búsqueda de liderazgo, de renovación, de optimismo, de claridad en las ideas y en los proyectos.

Quienes conformamos el Colegio de Estudios Sociales de Aguascalientes, en esta primera etapa de cimentación y consolidación hemos tenido muy presente el ejemplo de Don Humberto y hemos decidido crear una institución que refleje nuestros anhelos. 


Dr. Jesús Aguilar López

Presidente del Comité Directivo del 

Colegio de Estudios Sociales de Aguascalientes, AC.

Palabras pronunciadas con motivo de la presentación del Colegio de Estudios Sociales de Aguascalientes, AC. Museo José Guadalupe Posada, 22 de noviembre de 2008.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Colegio de Estudios Sociales de Aguascalientes



Todo grupo, entidad, sistema social se encuentra lleno de procesos complejos donde interactúan diferentes actores. La urdimbre de símbolos y significados culturales se encuentran presentes en el individuo y la colectividad.


Las diferentes disciplinas que conforman las ciencias sociales se abocan al estudio, entendimiento, explicación y hasta predicción de lo que pasa en la sociedad. Un estudioso de los procesos sociales no ve la realidad como una serie de hechos dados, sino que intenta entender ese fenómeno de diversas perspectivas, somete a prueba varias teorías, hipótesis, reflexiona y después de un análisis serio propone una descripción, tal vez una explicación y los más atrevidos una predicción del fenómeno. Entender el funcionamiento de las sociedades es la tarea más ardua y difícil que puede desarrollar una persona. Habrá quien diga desde otro contexto que no es así, que lo más improductivo que ha visto en su vida es a esa gente que se la pasa en las bibliotecas, archivos y oficinas leyendo sin cesar, hablando y escribiendo en sus computadoras sin producir nada. Es un problema de apreciación. El objeto de las ciencias sociales es el hombre en lo individual y en lo colectivo, lo que produce materialmente e intelectualmente. No se puede tratar semejante objeto de estudio, de trabajo, como hacen otras ciencias, como lo hacen personas con otros oficios. Efectivamente, los científicos sociales no producen sillas o casas, pero en cambio producen explicaciones del por qué de ciertos comportamientos de la sociedad, de sus visiones de la vida y el mundo, de sus virtudes y defectos. Por ejemplo, un buen investigador social aceptaría de entrada que el problema de nuestra sociedad es la crisis financiera mundial, pero no aceptaría los argumentos que dan los actores y demás personajes de la televisión, porque no informan y explican nada. El investigador social los pondría como parte del problema, no de la solución.


Son las universidades y centros de investigación (que no necesariamente llevan el nombre “universidad”) quienes agrupan en diferentes áreas de conocimiento o problemática  a los investigadores sociales. Son en especial los centros con financiamiento público las que mantienen y desarrollan programas de investigación social, varias de las universidades privadas en México mantienen en un bajo perfil la investigación privilegiando una tarea no menos noble que es la docencia.

Lo anterior puede hacer suponer que realizar investigación social sin el apoyo del sector público, o fuera de una universidad o institución privada es una tarea muy difícil de realizar, pero no imposible.


Aguascalientes cuenta con diversas instituciones públicas y privadas de educación superior que han satisfecho hasta cierto punto la demanda de carreras profesionales y de difusión del conocimiento. Donde no ha logrado tener un crecimiento óptimo es precisamente en el área de la investigación social, existen excelentes investigadores en Aguascalientes, pero el número de ellos se ve rebasado por la gran diversidad de problemas de estudio que proliferan local y regionalmente. Por ejemplo, con todo y lo alarmante que son los problemas de inseguridad en Aguascalientes, se carece de un estudio serio que nos permita entender cómo ha afectado este fenómeno en la vida diaria de los hidrocálidos. La sociedad y aun el gobierno en sus diferentes niveles asumen que así son las cosas, pero nunca se llega más lejos. Incluso, entender los problemas sociales desde una perspectiva histórica que enriquece cualquier toma decisión del gobierno no es tomada en cuenta, se cree que vivimos una constante situación inédita. Miles de años de historia, de experiencias, son dilapidados por nuestras sociedades modernas.


En Aguascalientes un grupo de jóvenes investigadores, entre los que me encuentro, hemos decidido crear un espacio multidisciplinario para privilegiar la reflexión, la difusión de las ideas, la docencia y la investigación. Desde el 13 de agosto de este año existe en Aguascalientes el Colegio de Estudios Sociales de Aguascalientes, una asociación civil que se encuentra en una primera etapa de cimentación y consolidación. Se busca con esta nueva institución ofrecer a la sociedad hidrocálida un espacio en el que se pueda subsanar la investigación que por problemas financieros, administrativos o de interés no se generan en otros lugares. 


Con esta nueva institución, para decirlo en una frase se busca fortalecer el campo de estudio de las ciencias sociales en Aguascalientes y la región.


Cierro esta participación invitándolos a la presentación en público del Colegio de Estudios Sociales de Aguascalientes, que se llevará acabo el próximo sábado 22 de noviembre a las doce del día en el Museo Posada. El destacado investigador Lorenzo Meyer, de El Colegio de México, estará con nosotros impartiendo una conferencia sobre la relación entre la academia y el poder.


Publicado en diario Aguas, 20 de noviembre de 2008.

viernes, 14 de noviembre de 2008













Les hago la más atenta invitación para que asistan a la presentación del Colegio de Estudios Sociales de Aguascalientes.

Además se  contará con la presencia del Dr. Lorenzo Meyer, quien dará una conferencia sobre la relación entre la academia y el poder.

Fecha: Sábado 22 de noviembre de 2008.
Hora: 12:00 - 14:00 hrs.
Lugar: Museo Posada (Jardín del Encino, Vicente Trujillo 222, Barrio del Encino, Aguascalientes, Ags.).


jueves, 6 de noviembre de 2008

Nuevo presidente

Todo sistema electoral debe ser entendido en el contexto político, social y hasta económico en el cual se encuentra. Es decir, a final de cuentas es un reflejo del tipo de sociedad y de la idea que tienen de democracia, claro está que quienes sintetizan estas ideas son las elites.

Por ello resulta más que interesante el hecho de que un candidato con rasgos físicos como Barack Obama haya superado los prejuicios de clase de la mayoría de los electores norteamericanos.

Hillary Clinton, ex primera dama y senadora por Nueva York, fue el primera gran obstáculo que logró superar. Obama puso fin a una candidatura que se trabajo con tiempo y que parecía también encaminar a la primera mujer a la Casa Blanca.

El contrincante de Obama, el republicano John MacCain puso la trama de la campaña en una situación que en momentos recordaba ciertos episodios de nuestra última campaña presidencial: sembrar miedos y odios, ataques sin fundamento. MacCain señaló abiertamente a Obama de ser socialista por su pretensión de distribuir la riqueza (“ese es el dogma de los socialistas” dijo MacCain). Insisto que los contextos sociales definen el sistema y proceso electoral, la mentalidad del elector estadounidense no es la del mexicano. Obama supo defenderese de los ataques infundados y argumentados.

La gran ayuda, suerte, que tuvo el candidato demócrata fue la mala administración del presidente George W. Busch, pues puso al país en un desgaste militar y financiero que hizo mella en la moral y los bolsillos de las mayorías: la clase media. No pocos afirman que el mayor promotor de Obama fueran las torpezas de Busch.

Más allá de este elemento coyuntural Obama tubo un gran acierto al poner en juego  elementos de modernidad tecnológica en su campaña: uso el Internet y el correo electrónico como ningún otro candidato. Gracias a ello pudo acercarse a poblaciones tradicionalmente alejadas de los procesos electorales como son los jóvenes. Además que la recaudación de fondos privados fue la más exitosa gracias a este sistema.

En esta tónica el uso de vídeos para atacar candidatos o resaltar cualidades fue también muy usado y rentable en cuanto impacto, pues irremediablemente el video en Youtube terminaba reproduciendo en los noticieros.

Habrá que dejar pasar un tiempo para poder entender mejor lo que pasó con el fenómeno Obama, ver que tanto pesó el Internet, el voto de los jóvenes, la guerra en Irak, la crisis financiera, la frivolidad de la gobernadora de Alaska Sarah Pallin o el simple morbo de la gente por ver un presidente negro (afroamericano, de color, no blanco o lo que sea políticamente correcto) en la Casa Blanca.

El hecho es que de acuerdo a los resultados de los sufragios emitidos desde finales de septiembre con el voto adelantado en varios estados y el día 4 de octubre, el resultado es contundente para el Partido Demócrata: 63 millones de votos para Obama, contra 56 millones para MacCain, esto se tradujo, en el complicado sistema electoral norteamericano, en 349 grandes electores para el primero y 162 para el segundo. Hay que recordar que el voto en Estados Unidos no es directo para el candidato, sino que se votan a representantes de estos (grandes electores) en cada estado (cada estado tiene un número variable de grandes electores) y quién tiene la mayoría de votos ciudadanos en un estado se lleva el total de votos de grandes electores. Es decir, cobra factura el sistema de mayoría que utilizan los vecinos del norte al ser un poco o un mucho desproporcional.

En cuanto al poder legislativo las dos cámaras tendrán mayorías demócratas. Esto representa cierta comodidad para gobernar para el ya presidente electo Barack Obama. La gran pregunta ahora es cómo va a sacar a su país de la crisis financiera, de Irak y en general el gran reto de replantear el papel de los Estados Unidos con la comunidad internacional.

Para cerrar el tema electoral se observa que con todo y lo vetusto que se antoja el sistema electoral norteamericano se puede decir que funciona cuando las diferencias son marcadas, pero qué habría pasado si el escenario del 2000 se hubiera repetido con estos actores.


Finalmente, los medios de comunicación mexicanos, internacionalistas, politólogos y demás curiosos estaban atentos a lo que pasa en la elección, pero un accidente aéreo por lo demás raro, movió la atención de manera súbita: el juego político en México cambió por una tragedia. La muerte de Juan Camilo Mouriño secretario de gobernación y el ex subprocurador de la PGR, José Luis Santiago Vasconcelos ponen nuevamente a prueba al grupo gobernante.No hay pruebas de que se trate de un atentado, pero por las condiciones y los personajes involucrados es difícil de creer que haya sido un mero accidente.


Publicado en el periódico Aguas, 6 de noviembre de 2008.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Fragmentos de democracia

El pasado miércoles 15 de octubre se presentó en la Ciudad de México el libro Democracia, Estado y Ciudadanía. Hacia un Estado de y para la Democracia en América Latina, y que representa la continuación del Informe sobre la Democracia en América Latina (2004) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).


El apartado conceptual, teórico, del volumen presentado estuvo a cargo del Guillermo O´Donell, uno de los principales estudiosos del fenómeno democratizador en América Latina. O´Donell junto con otros investigadores coordinó un estudio que dio cuenta de la situación de transformaciones políticas por las que estaban pasando varios países con una situación particular: países con regimenes autoritarios intentaban pasar a un sistema político democrático. El título de la obra es más que adecuado: Transiciones desde un gobierno autoritario. En México el texto tuvo mucha atención por parte de los diferentes cuerpos académicos.


El diagnóstico del investigador argentino acerca de la democracia en los países de América Latina lo sintetiza muy bien en el último párrafo: “…paradoja de paradojas, en América Latina tenemos hoy el mismo logro y promesa de un régimen democrático, pero carecemos de Estado necesario para sostener y expandir ese fragmento de democracia que hemos logrado”. Y aún agrega más: “…en América Latina hemos aprendido que un Estado de baja eficacia, efectividad, credibilidad y filtraje puede coexistir con un régimen de elecciones razonablemente competitivas y con la vigencia de ciertas libertades. Pero este es un Estado que, por débil y angosto, no funciona como impulsor de la conquista de los derechos de los ciudadanos implicados y reclamados por la democracia”.

En otras palabras, y parece ser estala sentencia: un Estado que crea desigualdad es impotente para democratizar. En el mismo volumen, el economista Bernardo Kliksberg, apunta que en 2004 el Banco Mundial en su informe sobre desigualdad plantea que América Latina sufre de una enorme desigualdad. Se le cataloga como un fenómeno invasor de cada aspecto de la vida: educación, salud, servicios públicos, participación e influencia política, entre otros.


Bastan estos pocos apuntes para entender que el caso mexicano está más que inmerso en esta dinámica. Todos los elementos y estructuras del Estado mexicanos padecen de diferentes deficiencias en su capacidades y funcionamiento. El problema no es simple, se requiere de una gran convergencia de esfuerzos de los diferentes actores sociales, económicos y políticos para afinar el Estado mexicano.


En un momento de nuestra inacabada transición a la democracia prevaleció la idea de que al tener elecciones libres y una eventual alternancia en el poder serviría para desterrar practicas negativas de los gobernantes como la corrupción, opacidad, nepotismo, prepotencia, ausencia de rendición de cuentas, entre otros. Y que a su vez los ciudadanos tendrían mejores substanciales en su vida: empleo, mejor ingreso, educación de calidad, mejores servicios de salud, entre otros. Pero no, los cambios y mejores no se ven. Lo que se detecta es una decepción de los gobiernos elegidos democráticamente.


La apuesta del estudio es que es el Estado con su modelo de desarrollo económico y social (un modelo de corte neoliberal) es le que está generando este terreno poco propicio para la democracia. En el momento actual de crisis financiera mundial es una obligación casi de carácter moral el revisar a fondo el modelo de Estado que se quiere seguir. El divorcio entre la esfera política y la económica son evidentes: chocan. La ecuación es sencilla, y ya otros la han mencionado: sin desarrollo económico que se traduzca en un desarrollo social hace que democracia no tenga los suficientes incentivos para consolidarse. Pues la democracia no son sólo votos, sino una mejor vida para los ciudadanos.


Cabe entonces la pregunta si el fragmento de democracia que hemos construido a lo largo de varios años pueda resistir la nueva crisis financiera mundial. ¿La pobreza es amenaza para la democracia? Ahora incluso se habla de que la inseguridad en ciertas regiones del país puede inhibir la participación electoral. Y parece obvio, pero si existe un indicador de la debilidad de un Estado, de un gobierno, es que le disputen el monopolio del uso de la fuerza. En una frase se podría decir que la democracia, el fragmento de democracia que tenemos, está asediado. La democracia no es sólo votar y elegir gobernantes, sino que va más allá, es como el propio O´Donell lo dijo: “Se debe de reafirmar la idea de democracia como una visión de la dignidad del ser humano”.


Publicado en diaro Aguas, 30 de octubre de 2008.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Ya nos cargo...

A veces una imagen dice más que mil palabras.


Calderón. Imagen tomada del periódico Reforma.

viernes, 3 de octubre de 2008

40 años de ser jóvenes



Precisamente el día de hoy, 2 de octubre, se cumplen 40 años del movimiento estudiantil y de su fatal desenlace. No han sido suficientes cuatro décadas y el cambio de partido en el poder para que tengamos, ya no digo justicia, sino una mayor certeza de lo que pasó en aquellos días. En todo caso, el 2 de octubre es una constante enseñanza de lo que puede hacer la sociedad civil y de los peligros de la intolerancia de quienes tienen el poder.
El movimiento político encabezado por estudiantes fue producto de una sociedad que estaba en plena transformación, era natural que un grupo social con una mayor educación y sensibilidad se diera a la tarea de exigir mayores libertades y anulación de la represión para quienes no congeniaban con el gobierno. La elite política simplemente no supo darle una salida institucional, democrática y pacífica a las demandas de los estudiantes. La respuesta fue la más equivoca y violenta: la eliminación del otro. La idea de que detrás del movimiento estudiantil estaba una conspiración para hacer caer al presidente Gustavo Díaz Ordaz y tomar el poder mediante la violencia era y es la peor de las justificaciones para el derramamiento de sangre.
El primer gobierno de oposición, de extracción panista, no aprovecho su oportunidad de hacer un poco de justicia y de revisar de manera adecuada ese episodio de nuestra historia reciente. No resalto el ánimo de venganza, que con ello jamás se repondrá el daño, sino de tener una mayor certidumbre de lo que realmente pasó y de la responsabilidad que tuvo el gobierno de aquellos días. Una sociedad no puede seguir avanzando sino cierra este tipo de episodios, no hacerlo implica dejar muchas interrogantes que no dejan en paz a una sociedad que quiere mejorar y madurar en lo político.
Pues nada, aún viven personajes directamente relacionados con aquellos hechos y que no muestran el menor de los remordimientos, al parecer se siguen sintiendo protegidos por el poder. La última entrevista hecha a Luis Echeverría Álvarez por Rogelio Cárdenas da cuenta de ello; el señor no se arrepiente de nada y califica al movimiento de manera negativa y despectiva.
Ahora bien, en contraparte, la nueve generación de jóvenes, la nacida a finales de los setenta y principios de los ochenta, se caracteriza por contrastes en cuanto a su actuación en la dimensión política. Los jóvenes mexicanos son el grupo social más numeroso, y eso se palpa en la conformación del padrón electoral, el grupo que va de los 18 a 29 años de edad conforman el 29.72% de quienes pueden participar en una elección. También existe un mayor número de jóvenes cursando estudios universitarios. No obstante ello, los jóvenes ha tenido un proceso de socialización política que los ha hecho menos interesado en participar en la toma de decisiones: baja afluencia a las urnas en los procesos electorales, poco organizados y desinteresados por los problemas de los demás. La última encuesta nacional de juventud los describe de manera sintética como egoístas y utilitaristas.
Las comparaciones siempre son difíciles y criticables. Pero aquellos jóvenes del 68 siguen estando a la vanguardia, el país los miraba y los mira ahora con admiración pero ha sido incapaz la sociedad, y los jóvenes de hoy, de ponerse a su altura. La juventud de principios de siglo tienen muchos retos: educarse, encontrar un empelo digno, sobrevivir en una palabra, pero además mejorar las condiciones de vida en las que les está tocando vivir. Son muchos retos para un grupo de jóvenes que de manera mayoritaria prefieren ver música en la televisión, divertirse sin sentido, y ver hacia otro lado o seguir simplemente el camino que los padres ya les marcaron. Desde hace tiempo la palabra juventud ha perdido su contenido de rebeldía.
La política para los jóvenes está llena de descrédito y es un espacio que prefieren dejar reservado para el mundo adulto. El mercado en contraparte llena el espacio que deja la política: entretenimiento, cine, televisión, música desechable, ropa, tecnología para el ocio y no para la formación es el lugar que los jóvenes prefieren habitar. La opinión, la discusión de las ideas, no es promovida ni ocupada por nadie, incluso muchas universidades han renunciado casi por completo a brindarles esta formación a sus estudiantes.
Por ver el problema localmente, en Aguascalientes desde hace tiempo no se ve un solo movimiento que esté organizado por jóvenes para demandar solución a problemas que los aquejan, como la falta de trabajo, educación de calidad, seguridad. En todo caso las demandas de los jóvenes son encapsuladas por el gobierno y los partidos políticos para de esa manera sacarles el debido provecho electoral y prevenir cualquier desavenencia futura.
El movimiento de aquellos jóvenes de 1968 fue un primer impulso para cambiar el régimen político. Claro que la transformación no se dio de manera inmediata, pero si fue una antecedente que supo marcar el camino por la que el país tenía que pasar. La herencia del movimiento estudiantil de 1968 es la enseñanza y el ejemplo de que la sociedad civil puede ser el factor de cambio real.


Publicado en periódico Aguas (2 de octubre de 2008).

jueves, 18 de septiembre de 2008

La independencia no celebrada

El contexto actual de violencia por el cual está pasando todo el país, y en particular nuestro estado, es meritorio de varias reflexiones. La escalada de violencia es un fenómeno que influye en los diferentes procesos sociales y políticos. Y aún más, está afectando al sentido mismo de lo que se considera el Estado. Pues de manera breve se puede afirmar que el gobierno debe de garantizar a lo menos dos cosas a los ciudadanos: la propiedad privada y la vida misma (y ya parece demasiado enlistar el vivir dignamente como una obligación más del gobierno).

Recientemente un grupo de ciudadanos se dieron a la tarea de organizar una marcha que tuvo un éxito relativo: mediáticamente consiguió que hubiera un generalizado llamado de atención a las autoridades para exigirles que cumplan con su obligación de garantizar seguridad, pero, con todo y Acuerdos Nacionales y demás papeles firmados y discursos (palabrería) no ha pasado nada. Todo sigue igual o tal vez peor.

El llamado de Iluminemos México a las autoridades de renunciar al cargo si se ven imposibilitados de hacer las tareas básicas de seguridad ha pasado de noche. Dejar el poder por incapacidad no es una opción para las autoridades, seguir haciendo las cosas mal, sí. Ejecutivos, legisladores o jueces, la clase gobernante tiene bastantes retos atrasados. Un indicador básico que nos dice que nuestra democracia es solamente electoral es éste: se otorga el poder en una jornada de participación ciudadana, pero la ciudadanía es desacreditada si quiere enmendar una mala decisión de gobernantes.

Recientemente el Grupo de Economistas y Asociados e Investigaciones Sociales Aplicadas SC (GEA-ISA), han publicado el resultado de un ejercicio de medición de opinión pública en el que se preguntan entre otras cosas el problema de la seguridad. Para el caso del narcotráfico sólo el 38% cree que el presidente de la república está teniendo éxito, y en cuanto al problema de la inseguridad, sólo dos de cada diez encuestados afirmó que lo está haciendo muy bien. Hay que tomar en cuenta que la encuesta fue levantada a finales de agosto y no registra el sentir de la gente sobre los últimos acontecimientos.

Previo al acostumbrado grito de independencia existieron distintas voces que intentaron boicotear dicho evento, el argumento rescatable era un cuestionamiento acerca de si en realidad había un motivo de celebración y con ello se relativizaba el sentido de autonomía y libertad que supuestamente tenemos los ciudadanos. Hasta donde sé la gente no dejo de atiborrar las diferentes plazas públicas donde se llevaría esta ceremonia del poder publico en México. El problema en todo caso es que al parecer, el narcotráfico, los grupos delictivos, no se cansan de desafiar al Estado mexicano y han perpetrado verdaderos actos de terrorismo al lanzar artefactos explosivos a la gente inocente que festejaba el grito en la plaza Melchor Ocampo, de Morelia, Michoacán. El saldo son siete muertos, más de un centenar heridos y una sociedad que se encuentra de tiempo atrás desprotegida.

En Aguascalientes por fortuna no tuvimos una manifestación de violencia tan masiva, pero el mismo martes 16 por la noche presuntos sicarios mataron a tres agentes federales e hirieron a siete más. Las autoridades lograron captura a uno de los sicarios, pero no gracias a la eficacia de sus tácticas de persecución sino por la accidental volcadura del delincuente, quien por cierto era un policía municipal de la capital del estado.

La pregunta que nos debemos hacer es ¿qué más sigue? ¿Ya pasó lo peor o esto apenas comienza?

El proceso electoral inicia el próximo mes de octubre. El periodo electoral se caracteriza por una mayor cautela de los gobernantes en no realizar acciones o cometer errores que le resten apoyo electoral. Bajo el aspecto de la seguridad todas las fuerzas políticas están iniciando de cero, no creo que haya alguna que pueda levantar la mano y diga, presuma, que está haciendo bien las cosas. Y si lo dice no creo que haya quien se los crea.

Será interesante el proceso electoral del 2009 no sólo por la carga de competitividad entre las diferentes fuerzas políticas. Sino porque habrá una ciudadanía que tolera cada vez menos los errores y el incumplimiento de promesas. Pedir renuncias y revocación de mandato suena exagerado, y algunos hablan hasta de golpismo, pero dejar que los delincuentes siembren el terror entre la ciudadanía no tiene nombre. La independencia, como orgullo de un pueblo que ha logrado su objetivo de vivir y prosperar tranquilamente, no se puede celebrar.

Publicadao en diario Aguas, 18 de agosto de 2008.

jueves, 11 de septiembre de 2008

El segundo informe

El sistema político mexicano ha sufrido cambios en su composición. El elemento que antes era el eje indiscutible por el cual el mecanismo del poder público funcionaba ha cambiado. El presidente de la república sigue siendo fundamental para el sistema pero tiene problemas para encontrar una nueva identidad que le dé no sólo sentido sino un mejor funcionamiento al régimen político. Para decirlo en una frase: se quiere ser democrático con las mismas prácticas autoritarias del pasado. El propósito de toda transición pacifica hacia la democracia es sacudirse esas prácticas sin tensar la gobernabilidad. En este sentido las habilidades de nuestra clase política son puestas a prueba constantemente sin tener los mejores resultados.

El fondo del asunto es que quienes dirigen las instituciones políticas mexicanas tienen verdaderos problemas para llevar, mediante prácticas democráticas, a una gobernabilidad aceptable.
La ausencia del presidente Felipe de Jesús ante el Congreso para rendir su informe responde a las modificaciones hechas a los artículos 69 y 93 de la Constitución Política. Estas modificaciones hacen ya improcedente que el titular del poder ejecutivo rinda su informe de manera verbal y dar un mensaje político en el Congreso de la Unión. En lugar de ello el presidente sólo debe de entregar por escrito el informe y sus funcionarios estarán obligados a presentarse ante los legisladores para resolver dudas. Un detalle importante en esto último es que estarán los funcionarios jurados a decir verdad, y aunque no está aún reglamentado, tendrán sanciones si mienten. Las modificaciones en todo caso llevan el ritual del informe de un terreno mitificador del poder presidencial a uno más terrenal, de una verdadera rendición de cuentas.

Algo que también hay que señalar es que el presidente Calderón desde el primer informe había exhortado a los legisladores a diseñar un esquema donde se pudiera entablar un diálogo abierto, un debate, entre poderes. Esta propuesta de informe ya había sido expuesta por los partidos de oposición en otros contextos, pero ahora no se ha avanzado en este sentido. Pesa todavía el problema de legitimidad del presidente y el Congreso ha sido por diferentes motivos vedado a Felipe Calderón.

En todo caso se avanza en el sentido de dejar en definitiva un espectáculo mediático inútil, que sólo servía en términos del folclor que provee la trivialización de la política. Se gana por el avance en la rendición de cuentas (aunque hay que insistir que no está del todo reglamentado) y se pierde porque no se logra mejorar la comunicación entre poderes.

En este contexto habría que preguntarnos la funcionalidad del modelo que adoptó el presidente para informar sobre su segundo año de gestión. El texto está a disposición para el público en general en la página de Internet de la presidencia, en versiones ejecutivas (resumen) y completa. Cabe decir que ambas versiones no sirven de mucho, pues continúan con el problema de seguir con un discurso amplio y difuso, que cae más del lado de lo que quiere ver el funcionario y no lo que está pasando en la realidad. Se cae en el abuso de cuantificar pensando que con ello se le da objetividad y transparencia a las actividades, y lo que realmente falta es una medición que sí cuantifique pero que a la vez haga diagnóstico de lo efectivo de las acciones. Por ejemplo, en el apartado sobre fortalecimiento democrático se habla de cientos de reuniones para evitar conflictos, pero nunca se habla de su efectividad.

Es verdad que con unos cuantos párrafos y hojas no se puede ser del todo justo para evaluar y conocer la actividad que realizan cientos de funcionarios, lo que sorprende en todo caso es que no puedan armar un informe que realmente haga conciencia en el lector o escucha de la situación por la que pasa el país. Creo que ya nadie espera y puede creer que el país va por buen camino. En lo personal esperaría de las autoridades más que un informe, una diagnóstico frío para poder actuar en consecuencia. A final de cuentas el presidente de la república es un líder que debe de guiar al país, y ante nubarrones que todos vemos no podemos creer que en un informe se nos diga que hay un día despejado. Y ya ni hablar de los mensajes mediáticos en los cuales se intenta informar de los logros del presidente. El provecho político de estos espacios es evidente.

Lo que sigue son las comparecencias de los diferentes secretarios de Estado, a ellos no se les retiro esta oportunidad de informar y defender su trabajo frente a los legisladores. Esperemos que se aproveche la oportunidad para que se diga algo más que las buenas intenciones de los funcionarios y se honre la verdad.


Publicado en diario Aguas.

martes, 2 de septiembre de 2008

Felipe San José, faro de mundos posibles

Ángela Piedad
Escribo este retrato del maestro San José desde mi condición de proscrita de los salones de clases de la universidad en la que él da clases, soy fugitiva de las clases de letras de esa universidad. Lo soy porque él tuvo a bien echarme de ahí, me corrió. Y nunca dejaré de agradecérselo.

Una mañana de enero, en el umbral entre un semestre y otro, me pidió que fuera a su cubículo. Estando ahí me miró a los ojos y me preguntó por qué no era ya la misma en las clases; ahí, ante él, después de meses de preguntármelo yo también, acepté que definitivamente odiaba estudiar letras, lo cual era un descubrimiento horrible. Me apasiona la literatura como nada más en el mundo, no imagino mi vida sin ella, y sin embargo, odiaba la carrera. Le dije que lo que yo quería era escribir y nada más. Me dijo que ya no fuera, que no volviera, que me pusiera a escribir y ya. Sonó tan fácil entonces, tan lógico. Recibí sus palabras como una sentencia. Salí de su cubículo impresionada, temblorosa, con estupor y agradecimiento, con la mente clara, con las alas desamarradas y con una sensación de tranquilidad que no había conocido antes. Una descarga eléctrica me convulsionaba la mente mientras caminaba por los jardines de la universidad, fría y desolada en esos días de invierno. Salí de ahí para no volver en mucho tiempo. Volví años después sólo a buscarlo para pedirle que me dejara estar en una clase suya, que me dejara volver a escucharlo, pero llegué tarde. Las clases de ese semestre habían llegado a su fin, tendría que esperar todo el verano, ¡Qué tristeza! ¡Qué lamentable!

Pero quizá fue mejor así, quizá sea mejor guardar el recuerdo de aquellos días en que asistí a las aulas cuando sus clases eran uno de los espacios de libertad más grandes que he pisado, donde voluntad y amor eran los motivos que nos hacían estar ahí escuchándolo. Cuando en esa institución la libre cátedra más que simplemente existir, me aventuro a decir, alcanzó su máxima expresión.

Su clase era la primera que tenía por la mañana, no muy temprano, porque en su opinión hacer cualquier cosa antes de las diez es pecaminoso, práctica que la mayoría de mis compañeros agradecían. El ritual iniciaba desde que se acercaba al salón. Llegaba con la tranquilidad propia de quien ha visto más tempestades que la mayoría, con su guayabera en primavera o una chamarra negra y boina en otoño. Un libro grueso bajo el brazo y una taza de café humeante. Saludaba a todos al entrar y movía el escritorio hacia el centro donde todos lo viéramos por igual. Se sentaba, daba un sorbo a la taza, encendía un cigarrillo, soplaba una gran bocanada que momentáneamente lo cubría casi por completo y detrás del humo empezaba a leer, su voz salía por detrás de esa nube que hacía parecer que estábamos presenciando el acto de hechicería de un brujo. Hablaba y echaba a andar los engranes de otros mundos, abría las puertas a mundos posibles, mundos de tinta y papel. Leía para todos con esa voz ajada pero sonora y penetrante para darle vida al Cid o a Melibea, para echar a cabalgar a Don Quijote.

Algunas veces, entre los cubículos del departamento escuchaba decir a algún otro profesor envidioso que «el maestro San José no era buen maestro porque sólo nos leía» y ¿Qué otra cosa es la literatura? Él nos enseñaba la verdadera alquimia de ella. Porque eso es el arte, es evento. Nada es Don Quijote sin la mirada del lector, nada es El Cid sin la voz del que abre el libro y nos lee los versos, no existe la literatura encerrada en tomos empolvados en una biblioteca. Existe sólo en la lectura, sólo en el tiempo efímero de la lectura, en ese contacto con el lector, con el destinatario. Existe la música cuando los sonidos se esparcen en el aire,existen Las hilanderas de Velazquez cuando alguien hilvana su mirada hacia el cuadro. Nada es el arte sin ese eventual contacto con los espectadores. Eso hacía él: hacernos destinatarios. Su clase era evento, era presencia, era vida.

En lugar de platicarnos las teorías al respecto, en lugar de repetir un prólogo,de hacer comentarios sobre las obras, te ponía de frente a ellos sin prejuicios, sin rodeos, sin trabas, sin contaminaciones, sin preámbulos rebuscados. Te tomaba de la mano y te metía en la obra para que la hicieras tuya, para que tú decidieras. Sabía conjugar pensamiento y emoción. Estaba más allá de los complejos de los estudios literarios, que cuando se quieren empeñar en convertirse en «ciencia», cuado quieren convertir a la literatura en objeto de estudio como de laboratorio, sólo se ponen en ridículo. Él, en cambio, está siempre contra esa química a veces capaz de producir tantas aberraciones y se pone del lado de la alquimia. Después de las demás clases llegaba él a regresarte al ansiado pozo del desorden. Nos desasnaba a todos con una tremenda ligereza, pero nos dejaba siempre la dosis de ignorancia, de misterio necesaria para seguir amando nuestra carrera. Nos dejaba esa imprescindible dosis de ceguera para no desencantarnos, para que la fascinación por el arte no se esfumara.

Y como nada permanece en el mismo punto, asistí a una época en que la represión y la intolerancia fue permeando la vida cotidiana de la universidad, cada vez se iba respirando un aire más denso, más emponzoñado. La era de la libertad y plenitud había terminado. Él se mantuvo triunfal por algún tiempo haciendo mofa y parodia de los discursos y las reformas de las autoridades. Su clase era una hazaña cotidiana, él oponía resistencia ante esas necedades. Pretender que fuera niñera, por ejemplo, cuidar que todos los alumnos estuvieran en el salón, cuando su emblema había sido siempre el no pasar lista, porque daba por sentado que sus alumnos eran adultos y que estábamos ahí porque así lo habíamos decidido. Recuerdo también cuando le exigieron que aplicara exámenes, y dijo: ¿Y qué lesvoy a preguntar? ¿Qué canto de La Comedia es mejor? ¿Según quién? Con el tono y la sonrisa de un bufón ridiculizaba lo que las autoridades decían haciéndolesperder todo poder. Era capaz de derribar cualquier argumento de la autoridad. Él era emblema de rebeldía, rebeldía inteligente.

Pero me han llegado vientos con la noticia de que la cuerda está por reventarse, que como la historia nos ha reseñado, siempre estamos a la merced de los caprichos de hombres locos, acomplejados o estúpidos y, al parecer, y no me extraña, él no está dispuesto a cumplir con alguna sentencia estúpida o caprichosa, así que dejará de ser ese faro para los estudiantes, faro de mundos de tinta y papel.

Para mí el maestro San José fue siempre un regalo. Después de las clases de teorías en las que me sentía tan vacía, porque mientras más teorías conocía, mientras más de un teórico francés o alemán leía más lejos me sentía de la literatura, y aunque llegaba él a devolverme el necesitado y ansiado poder lúdico de las palabras hubo un momento en el que pequé de excesos de teoría, pequé al querer desvelar ese misterio que hace al arte y el castigo a mi engolosinameinto fue grande, fue un hartazgo que me hizo odiarla y lo mejor que alguien pudo hacer por mí, fue lo que él hizo: decirme que me fuera, darme el respiro que necesitaba para volver a disfrutarlo, y ahora, este párrafo lo escribe esta exiliada que desde El Exconvento de Valenciana, en Guanajuato, le dice que después de tenerlo como maestro ha quedado inhabilitada para escuchar a cualquier otro. Cualquiera que lo haya tenido por maestro deberá estar inhabilitado para escuchar cualquier otra voz.

Publicado en el diario
Aguas, 1 de septiembre de 2008.

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